ODS 4 y la recuperación sostenible
Aspectos clave del ODS 4 relacionados con la COVID-19
1. Garantizar una educación gratuita, equitativa y de calidad (incluida la formación profesional) para todos (múltiples metas en el ODS 4)
La pandemia ha socavado y revertido los avances en la realización del derecho a la educación a escala mundial, y especialmente en países donde el aprendizaje a distancia no ha sido posible. Más del 90 % del número total de niños en edad escolar en el mundo se han visto directamente afectados por los cierres escolares.
La pandemia está exacerbando las disparidades educativas preexistentes al reducir las oportunidades para que muchos de los niños, jóvenes y adultos más vulnerables continúen sus aprendizajes, incluidos los que viven en zonas pobres o rurales, las niñas, los refugiados, las personas con discapacidad y las personas desplazadas por la fuerza.
El cierre de las escuelas expone a las niñas adolescentes a un mayor riesgo de sufrir diferentes formas de abuso, como los matrimonios precoces y forzados y los abusos sexuales.
El hecho de que en el pasado no se hayan construido sistemas educativos sólidos y resilientes ha abierto la puerta a un impacto dramático en los más vulnerables y marginados, a los que ninguna medida temporal (de alta o baja tecnología) adoptada de manera precipitada podría haber respondido plenamente. Las medidas de austeridad y los recortes presupuestarios a los sistemas de educación pública en muchos países han debilitado su capacidad para hacer frente a la crisis educativa. Existe el riesgo de que las crisis económicas y el endeudamiento den lugar a nuevas decisiones para reducir los presupuestos destinados a educación, lo que repercute negativamente en la calidad y el acceso a la educación.
Respuesta sostenible y medidas de recuperación:
Los países deben buscar soluciones equitativas y acceso universal a la educación para evitar que una crisis de aprendizaje se convierta en una catástrofe generacional. Para ello es necesario centrarse más en la equidad y la inclusión; abordar las pérdidas de aprendizaje y prevenir el abandono escolar, en particular el de los grupos marginados que se están quedando atrás; apoyar a la profesión docente; reforzar las capacidades de gestión de riesgos, a todos los niveles; un liderazgo y una coordinación sólidos; y mecanismos de consulta y comunicación.
Hay que proteger la financiación de la educación, y las instituciones financieras internacionales deben conceder a los países el espacio fiscal suficiente para realizar las inversiones necesarias en servicios públicos, incluida la educación.
El Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la educación ha señalado la necesidad de desmantelar, en cada contexto local, la dinámica en juego que condujo a una mayor discriminación en el disfrute del derecho a la educación durante la crisis. Debería incluirse un análisis del aumento de las desigualdades debido a las medidas adoptadas para hacer frente a la pandemia; una investigación sobre la sostenibilidad de los modelos económicos y financieros detrás de los sistemas educativos, incluida la consecuencia de una mala financiación de las instituciones educativas públicas; un escrutinio del papel de los actores privados en la educación; una evaluación de la adecuación de la protección social proporcionada a los trabajadores de la educación, incluso en el sector privado; y la investigación de la falta de cooperación entre las administraciones de los Estados, las instituciones educativas, los profesores, los estudiantes, los padres y las comunidades.
El Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la educación ha señalado que el despliegue de la educación a distancia en línea (junto con la radio y la televisión) solo debe considerarse como una solución temporal destinada a abordar una crisis. La digitalización de la educación nunca debe sustituir a la enseñanza presencial impartida por profesores, y la llegada masiva de actores privados a través de la tecnología digital debe considerarse un peligro para los sistemas educativos y el derecho a la educación para todos a largo plazo.
Consulte los documentos y recursos enumerados en las "Directrices clave en materia de derechos humanos" para obtener más información.
2. Garantizar la educación en derechos humanos (meta 4.7) como base fundamental para ayudar a las sociedades a reconstruir para mejorar
La pandemia de la COVID-19 ha interrumpido la realización de los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos por igual, y muchas sociedades han sido objeto de una estigmatización cada vez mayor de ciertos grupos de población. Los conocimientos y habilidades para reivindicar sus propios derechos y respetar y defender los derechos de los demás son fundamentales para la consecución de los derechos humanos. La educación en materia de derechos humanos es fundamental a este respecto, y con sus consecuencias inherentes a los derechos humanos, la pandemia ha reforzado la necesidad de dar prioridad a esta cuestión.
La educación en derechos humanos también es clave para garantizar que las instituciones y los actores estatales estén equipados con las herramientas y conocimientos necesarios para proteger, respetar y promover los derechos humanos en el ejercicio de su profesión y puedan defender una cultura universal de justicia, no violencia e igualdad en la recuperación de la COVID-19.
Respuesta sostenible y medidas de recuperación:
La educación en materia de derechos humanos debería integrarse en las políticas nacionales de educación y en los planes de estudio escolares para ayudar a las generaciones futuras a participar en el desarrollo de una cultura universal de los derechos humanos. Dado que las escuelas son esenciales para la socialización de las generaciones más jóvenes, es igualmente importante crear entornos de aprendizaje caracterizados por el respeto y la dignidad humana, en los que los profesores ofrezcan a los alumnos oportunidades para expresarse y participar en la toma de decisiones.
Consulte los documentos y recursos enumerados en las "Directrices clave en materia de derechos humanos" para obtener más información.
Directrices clave en materia de derechos humanos:
- Observación general núm. 25 (2021) relativa a los derechos de los niños en relación con el entorno digital, Comité de los Derechos del Niño, No. 25 (CRC/C/GC/25), 2021
- El impacto de la crisis de la COVID-19 en el derecho a la educación, Consejo de Derechos Humanos, Informe de Procedimientos Especiales, A/HRC/44/39, 2020
- Informe de políticas: La educación durante la COVID-19 y después de ella, Naciones Unidas, 2020
- Abordando las dimensiones de género de los cierres de escuelas relacionados con la COVID-19, UNESCO, Nota temática, 2020
- El derecho a la educación, Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR, por sus siglas en inglés) Observación general núm. 13 (E/C.12/1999/10), 1999
- Recomendaciones de los mecanismos de vigilancia de los derechos humanos vinculados al ODS 4 por país, Instituto Danés de Derechos Humanos, página de búsqueda
- Derecho y normas de los derechos humanos vinculados al ODS 4 por metas, Instituto Danés de Derechos Humanos, página de búsqueda